Castiliscar, la joya oculta de Aragón
Castiliscar es un pintoresco pueblo de la Comarca de las Cinco Villas aragonesa, situado a 450 metros de altitud y a 100 kilómetros de la capital, Zaragoza. Su casco urbano se apiña en la falda occidental de la Sierra de Santa Águeda.
A comienzos del siglo XI, el Rey Sancho Ramírez dio al teniente de Sos, Galindo Sánchez, el lugar de “Castello Liscare” para que fortificase allí un castillo con el fin de ampliar su labor repobladora y defensiva frente a los musulmanes. Ahí comienza la existencia de este histórico enclave.
Un siglo después, en el XII, se construía la Iglesia de San Juan Bautista, y que hoy alberga un sarcófago del periodo paleocristiano (S. IV) labrado en mármol de Carrara, y que representa diferentes escenas de la vida de Cristo.
En esa misma época, S.XII, se implantó en Castiliscar la Orden de San Juan de Jerusalén, orden hospitalaria encargada de proteger y cuidar a las milicias que marchaban o volvían de Tierra Santa en tiempos de las Cruzadas. De la importancia de este hecho y de su valor histórico y cultural da fe José Ignacio Bueno Olóriz, ex primer edil de la localidad y gran conocedor de la historia y la cultura de la zona.
Castiliscar ha sido y es una plaza muy importante, sobre todo porque alberga tesoros que ayudan a completar a los existentes en los otros pueblos de la zona y que en conjunto forman un enclave privilegiado para el turismo. Su término era atravesado por la vía romana que unía Zaragoza con Pamplona. De ahí que se encontraran hasta tres miliarios, que indicaban la distancia entre Zaragoza y Pamplona y que en su día fueron cedidos por el Ayuntamiento y trasladados al Castillo de Javier primero y posteriormente al Museo de Navarra. Y, desde luego, en todas las Cinco Villas, Castiliscar es el único referente en órdenes militares como la que aquí se estableció que poseía propiedades en algunos pueblos de las Cinco Villas y de la que se conservan grandes vestigios.
Es toda esta riqueza histórica y cultural la que ahora quiere poner en valor un pueblo en el que hace poco más de una década vivía medio millar de personas y en el que hoy apenas conviven 200 vecinos.
José Daniel Machín, actual alcalde de Castiliscar, lo tiene claro:
El pueblo vive fundamentalmente de la agricultura y lo cierto es que hasta ahora no se había explotado seriamente el turismo como recurso. No podemos dejar que se muera y por eso nos hemos puesto manos a la obra.
Al conocerla, Fundación Geoalcali decidió apostar claramente por esta iniciativa que pretende integrar a Castiliscar en la ruta turística que une Sos del Rey Católico con Uncastillo. En concreto, la Fundación apoyará el impulso de otro de los grandes reclamos del pueblo, el Museo dedicado a la Orden de San Juan de Jerusalén.
La ayuda y la presencia de empresas como Geoalcali es muy importante para sacar adelante proyectos como este y para que pueblos como el nuestro, tan necesitados de trabajo – señala Machín –puedan tener una oportunidad.
Si se cumplen los plazos, el museo abrirá sus puertas el próximo verano, coincidiendo con las fiestas patronales que Castiliscar celebra el primer domingo de agosto en honor a la Virgen del Rosario.
