El instituto Sierra de Leyre de Sangüesa acaba de cumplir 30 años de vida. El centro, donde hoy estudian 390 alumnos de 1º de ESO a 2º de Bachillerato y dan clase más de medio centenar de profesores, se ubica en la avenida Príncipe de Viana, entre las paredes de un edificio que data de 1930. “El Departamento de Educación está invirtiendo en su mantenimiento y mejoras porque se trata de un edificio antiguo”. Lo dice Teresa Giménez Forcada, Directora del Instituto y verdadera impulsora de este motor para Sangüesa y su comarca, que tomó su actual nombre tras fusionarse, en 1995, con el antiguo centro laboral de Lumbier.
A lo largo de estas tres décadas de vida, por el Sierra de Leyre han pasado centenares de jóvenes de toda la Merindad de Sangüesa. Hoy, la cifra de alumnos se mantiene estable, pero preocupan, y mucho, los síntomas de despoblación que ofrece la comarca. “En la medida en que haya industria y trabajo los jóvenes, y por lo tanto las familias, se quedarán”, asegura Giménez Forcada.
Pero para que eso suceda, hace falta un apoyo decidido desde todos los ámbitos a las áreas rurales. En este sentido, el compromiso de Fundación Geoalcali con el desarrollo de su entorno queda de manifiesto en el acuerdo alcanzado con el Instituto y por el cual Sierra de Leyre adquirirá diverso material informático para integrar, innovar e investigar con el uso de las TIC en el centro. “Gracias a la adquisición de estos nuevos medios – explica Teresa – podremos personalizar la ayuda a alumnos que necesitan un apoyo extra. Para eso, la ayuda de las nuevas tecnologías es muy útil”.
Hace ya un tiempo, en los actos conmemorativos del 25 aniversario del centro educativo, la directora expresó varios retos para los siguientes años. Uno de esos anhelos era avanzar en las nuevas tecnologías. Hoy, Teresa Giménez Forcada ha visto cumplido aquel objetivo. Por eso valora sin rodeos la ayuda recibida: “Estamos muy agradecidos porque Geoalcali ha entendido a la perfección lo que necesitamos y lo que los alumnos demandan para su formación. Esta relación entre la empresa y el ámbito educativo – añade la directora del IES – es muy buena para todos, pero sobre todo para los jóvenes que saben que su formación les va a servir, si lo desean, para poder trabajar y desenvolverse en su entorno”.
Sin duda. Un proyecto empresarial como el que respalda la labor de Fundación Geoalcali, necesita muchos y variados perfiles laborales, y ahí el papel formativo y orientador de los centros educativos es básico. Más aun cuando éstos se encuentran en el ámbito de influencia de la compañía.
Precisamente, ese compromiso de la empresa con el desarrollo local de su ámbito de influencia es el que llevará también a que los equipos informáticos sean adquiridos a un proveedor de la zona de Sangüesa. Se cierra así el círculo de la colaboración mutua en búsqueda de una mayor prosperidad para todos.