La farmacia de Liédena cerró por falta de clientela y despoblación, por eso se ha puesto en marcha el botiquín rural.
La farmacia de Liédena cerró por falta de clientela y despoblación, por eso se ha puesto en marcha el botiquín rural.
Pronto comenzará a funcionar en Liédena el botiquín rural, que será atendido en horario reducido por Antonio Solís, farmacéutico durante 12 años que se vio obligado a cerrar su farmacia por falta de clientes.
Desplazado por trabajo a Sangüesa, fue el propio farmacéutico quien planteó la idea del botiquín al Ayuntamiento de Liédena y la posibilidad de ocuparse él mismo de su funcionamiento en horario reducido.
El Ayuntamiento ha invertido 3.000 € en este nuevo espacio, de los que el 30% ha sido financiado por Fundación Geoalcali.
He trabajado 12 años en la farmacia y vivo en el pueblo, les tengo afecto a mis vecinos y es precisamente la gente mayor la que más necesita el servicio, no tiene medios para trasladarse a comprar, así que no dudé en proponerlo.
Antonio Solís, farmacéutico
El Ayuntamiento de Liédena se puso sin dudarlo manos a la obra.
Había que buscar una rápida solución pensando sobretodo en las personas mayores, las que más usan la farmacia.
Ricardo Murillo, alcalde de Liédena
Para tal fin se ha adaptado una parte del Centro Sociocultural, que ha cedido un espacio destinado al botiquín rural. Está dotado con entrada independiente de luz, calefaccción y acceso a internet por wifi, necesario para dispensar los medicamentos. Una vez pasada la inspección comenzará a funcionar.
El botiquín abrirá de lunes a jueves en horario de 14:00 a 16:30. Sólo se venderán productos de tratamientos médicos que usuarias y usuarios podrán demandar tras sus consultas médicas. En Liédena se pasa consulta dos días por semana.
Sabíamos que pronto pasaría esto. Cada vez somos menos, ahora no llegamos a los 300 habitantes. La gente joven se va a vivir a la ciudad y quedan las vecinas y vecino smás mayores. Es la despoblación de las zonas rurales, que cada vez se acusa más, con la consiguiente fuga de servicios.
Ricardo Murillo, alcalde de Liédena